sábado, 23 de noviembre de 2013

Don't cry

Han pasado meses y mi imagen de mí mismo apenas a cambiado. Sigo siendo un fugitivo, me encuentro en una inacabable huida, pero nadie me persigue. Una sombra imita mis pasos, y en mi cabeza se gesta su sucesora, fabricando miedo, un miedo a algo que no sé si tan siquiera existe. Solo miedo.

Entonces, lo más inteligente es correr, por pura supervivencia un pie delante del otro. La humedad del aire en la cara, los cascos al máximo volumen listos para martillear mis sobras y mandarlas al carajo. Corre, quema adrenalina, suda lo que tengas que sudar pero no vuelvas a manchar tus manos de sangre.

De vuelta a casa, no siempre es fácil mantener las uñas alejadas de la carne, pero si dejas marca el agua borrará tus pecados. Limpio de barro, sudor y costras, es hora de esconderte bajo la manta y devolver a tu torturada mente las ideas que fabrican esa sombra. No puedes gritar en mitad de la noche. Tus brazos arden al levantar más peso para cansarte, vuelve a la cama y sigue en vela. Con los ojos clavados en el techo esperas que tus ojos te den un respiro y liberen tus pulmones encharcados, pero llevan un año y medio secos y no habrá quien cambie eso.

Acabarás, amigo, tirándote de los pelos, mordiendo la almohada y pataleando para desahogar la rabia de no poder regar tu cara. El ronroneo del móvil siempre te calma al ver algún nombre que te llene de paz. Y calmado, respirando hondo, deseas buenas noches a todas tus estrellas, fantaseando con dormir abrazado a la Osa Mayor y ver su cara al despertar.

Pero nada sucede, y al día siguiente seguirás creyendo que huyes de tu destino mientras corres en dirección a él.

NERKTLICH ISKÄRIOTH
Murió solo, como su antecesor
2010-2013

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