lunes, 23 de abril de 2012

El paseo

En un bosque en blanco y negro
plantados en tierra estéril,
son árboles de polvo y humo,
tocan nubes y destiñen.

En mi mano está el poder
De escuchar a mis maestros,
volver a aislarme en mi autismo
caminando hacia el color.

Hace tiempo que los lobos
consumieron mi cadáver
y los buitres redentores
ya minaron mi conciencia.

A veces un baño de oro
enmascara la tristeza
con sus rayos, emulando
el dorado del desierto.

Pero las balas de plata
que atraviesan ríos de asfalto
amenazan mi camino
con la sombra primigenia.

 Los estragos de una guerra
sucedida años atrás
se repiten a diario,
la rutina es su venganza.

 Ahora es rojo sobre blanco
 lo que llora mi diario,
 una carrera de obstáculos
de mi pulso contra el tiempo.

(Poema finalista del XXIX Concurso de cuento y poesía de Vicálvaro)

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