lunes, 15 de febrero de 2016


Esto de las convenciones se me está yendo de las manos. Llevo como unos 6 años asistiendo a estos eventos, y veo como la gente va cambiando según pasan los años, los clásicos dejan de ir y se plaga de niños.            
  
Ha llegado un punto en mi vida en el que me veo incapaz de meterme en semejante multitud si no voy con una máscara o con la cara pintada. En general, cuando voy a uno de estos eventos caracterizado me siento más cómodo detrás del personaje que interpreto, y cuando  voy vestido “normal” me siento bastante asediado por la gente que me rodea. No estoy acostumbrado a las grandes multitudes, ni me gustan, pero estas convenciones son bastante importantes para mí, y para qué negarlo, me gusta demasiado disfrazarme.

En el evento todo va fluido, risas y espectáculo, pero la vuelta a casa se me hace insoportable. A medida que el tren se acerca a mi parada, empieza a agobiarme la gente que ocupa el vagón, y solo tengo ganas de que se abran las puertas, salir corriendo y esconderme bajo el nórdico.
Sumado a esta situación, estoy en una etapa de mi vida en la que por lo general me estoy acostumbrando a evitar el contacto humano, limitándome a una o dos personas y caminando por calles pequeñas y poco transitadas. Este aislamiento voluntario se ha acabado trasladando a mis redes sociales, donde tiendo a cerrarme todas mis cuentas durante horas a lo largo de los últimos meses, que me acabo reabriendo por presiones.

Así que he decidido tomarme un tiempo de ermitaño oficial. Y prestad atención porque esto es MUY IMPORTANTE, aunque os lo vais a pasar por el forro de los cojones. Durante las próximas semanas, y hasta nuevo aviso, no voy a contestar por ningún medio a ninguna conversación que no haya iniciado yo (salvo excepciones que ya les notificare a ellos), no voy a estar pendiente a las publicaciones de la gente en las distintas redes, y por supuesto no voy a quedar con nadie si no planifico yo la cita. Esto puede venir unido al cierre de alguno o todos mis perfiles en redes sociales si considero que no se respeta mi espacio. Espero que lo entendáis, y si no me come las pelotas, porque no voy a soportar al agobio que me produce ser bombardeado por información de vidas que no son la mía como si me importaran una mierda.


miércoles, 10 de febrero de 2016

Así que la vida te ha tratado mal no?

Estudio una carrera en la que me enseñan a manipular a las personas, a jugar con el destino de las personas y convencerlas de que es por su bien. Una carrera que ni siquiera hago por gusto sino por satisfacer a unos padres que quieren que la haga para ser alguien en la vida.

Trabajo en una radio donde entrevisto a "artistas" que no tienen ni puta idea de arte, "músicos" que no hacen música, niñatos a los que les regalan sus minutos de fama. Donde tengo que reírle las gracias a gente que mancilla todo en lo que creo, maltrata a las mujeres, engaña a la gente y le aplauden por ello. Insultan todo en lo que creo y todavía tengo que mostrarles mi mejor sonrisa.

Hago promesas que soy incapaz de cumplir (y acabo cumpliendo) por no decepcionar a gente que igual no me importa tanto. Y tengo miedo de expresar mis deseos porque sé de buena tinta que me considerarán egoísta por poco que pida.

Soy literalmente lo que más odio en este mundo. Y tengo que dormir todos los días sabiendo que al día siguiente tengo que soportarme. Manteniendo una estúpida sonrisa de complicidad para que vosotros, pobrecitos, no tengáis que soportar mis mierdas.

Así que cierra la puta boca la próxima vez que vayas a decir "el mundo está contra mi", porque algunos sólo vivimos para que los demás no nos pierdan.

sábado, 6 de febrero de 2016

Me gustaría poder desgarrarme la piel hasta dejar mis costillas desnudas. Sacarme el corazón y lanzarlo a una hoguera.

Cada vez que muestro piedad, cada vez que tiendo una mano, cada vez que sirvo de apoyo, la gente clava sus problemas con chinchetas en mi espalda. No podéis imaginar el dolor que causáis, no sois capaces de mirar más allá de vuestra propia órbita, jugáis con los demás como si no sintieran los golpes.

Me paro a estudiar mi vida y no encuentro a nadie que no sea tóxico para mí. Desde el que se burla de mi día a día con su actitud de mierda, el típico bufón que comenta gilipolleces para hacerte sonreír aunque te saque de quicio, el que viola mi horario indiscriminadamente negándome mis refugios. Al que llama cuando lo necesita y nunca lo coge.

Los humanos sólo saben pedir y pedir, no tienen límite en su ego y van a convertir su entorno en sus enemigos. No se contra qué coño lucháis los que no necesitáis aislaros del mundo, os sentáis en las gradas del circo y bebéis y coméis mientras los gladiadores se matan entre si.

Ojalá nunca hubiera saltado el diferencial aquel Abril de 2005. Me fío de dos, y uno no eres tu.